Your goal in Fireblade is to annihilate terrorists around the globe. At the helm of the Carrier chopper or the Vendetta attack copter, you'll battle through 18 missions in four campaigns. Transport and rescue missions take you to a variety of lush environments, including the Swiss Alps, Arizona Desert, Amazon Jungle, and the Arctic Circle. Unleash an array of deadly weapons--including swarm missiles, sniper cannons, and laser-guided homing missiles--or disable alarms to remain undetected.
Votre objectif dans Fireblade est d'éliminer les terroristes à travers le monde. Aux commandes de l'hélicoptère Carrier ou de l'hélicoptère d'attaque Vendetta, vous devrez mener à bien 18 missions réparties en quatre campagnes. Les missions de transport et de sauvetage vous emmèneront dans des environnements variés et luxuriants, notamment les Alpes suisses, le désert de l'Arizona, la jungle amazonienne et le cercle arctique. Utilisez toute une gamme d'armes mortelles, notamment des missiles à essaim, des canons de précision et des missiles à guidage laser, ou désactivez les alarmes pour rester indétectable
El Sexto Doctor (Colin Baker) debe impedir que el Amo, en la segunda luna de Rijar, use heatonite para construir un TIRU y alterar el tiempo. El Doctor salta, trepa, usa objetos (máx. 4 en bolsillos) y activa mecanismos. Su gran aliada es Splinx, una gata robótica con módulo hiperespacial: transporta ítems grandes, evita sensores y criaturas, y obedece órdenes desde balizas. Pero necesita recarga periódica en puntos energéticos.
En la luna viven los pacíficos rijanos, que colaboran con tareas simples, y crecen plantas Cryostan, clave para fabricar fluido criogénico. Los peligros: Madrags (bestias agresivas) y guardias cibernéticos. Cada avance exige coordinar al Doctor y a Splinx: él distrae, ella recoge; él abre puertas, ella lleva el explosivo. No es solo salvar el tiempo: es hacerlo con estilo, ingenio y una gata que cabe en un bolsillo… aunque lleve un obelisco dentro.
Un vertido tóxico en una nave de carga ha contaminado su carga, y tú, como operador de un dron, debes solucionarlo. Al principio, los contenedores son letales al tacto, pero un disparo rápido con tu pistola descontaminante los neutraliza. Una vez seguros, los disparas —como proyectiles— para guiarlos hasta la zona donde espera tu nave. Llenarla por completo te lleva al siguiente nivel, en una mecánica muy similar a Jetpac.
El juego transcurre en niveles laterales, multizona y continuos (el scroll forma bucle), con ascensores cuadriculados que permiten subir o bajar entre plantas. Solo puedes cruzar la pantalla por la base, donde está la nave. Enemigos indestructibles patrullan: sapos mutantes (disparables) y defensas alienígenas (invulnerables) que obligan a maniobrar verticalmente con precisión. Planificación, timing y uso inteligente de la gravedad y los rebotes definen cada intento… porque, pese al título, Don't Panic, el caos está garantizado.
En este arcade de múltiples tableros, encarnas a un pequeño ángel perseguido sin tregua por demonios del infierno. Tu misión: regresar al Paraíso. Para lograrlo, debes recorrer una serie de lienzos (pantallas temáticas), reencendiendo todas las velas apagadas en cada uno. Solo cuando la última llama vuelva a brillar, San Pedro —desde su nube impaciente— abrirá la puerta celestial.
Mientras avanzas, los demonios emergen de sombras, hornos y grietas, ajustando su trayectoria para interceptarte. Esquivarlos requiere agilidad y conocimiento del circuito: algunas velas están en zonas expuestas, otras tras obstáculos móviles. Puedes usar teclado o joystick, y aunque no hay armas, sí hay trampas ambientales —como campanas que aturden brevemente a los perseguidores— si las activas con buen timing. Un reto tenso, elegante y con un toque de ironía divina: cuanto más ardes por llegar al cielo… más te persigue el infierno.